Cuando miro la lista de los vídeos más vistos en YouTube, nunca encuentro ingenio entre esos creadores. Sé que la gente quiere divertirse, que buscan algo entretenido, pero esos vídeos carecen del talento de los hombres del espectáculo de décadas pasadas (desde el actor Harold Lloyd hasta el director Billy Wilder). PewDiePie, por poner un ejemplo (el "youtuber" con más seguidores de esa plataforma), comparado con el actor cómico Walter Matthau queda a la altura del betún. YouTube se ha convertido en un lugar en el que los algoritmos crean "grandes figuras" que, en realidad, tienen muy poca sal en la mollera.
En la imagen superior, encontramos a PewDiePie, una estrella creada por YouTube; la plataforma lo promocionó durante años poniendo los suyos entre los vídeos recomendados (a diario). Lo mismo hizo con otros en distintos países. La operación fue parecida a la que se hacía en la década dorada de Hollywood, había que crear estrellas. La gran diferencia es que estos "youtubers" tan populares son gente con muy poca capacidad creativa y escasa chispa cómica.
"Aquella mañana, Juan desayunó un bocadillo de queso blanco. Llegada la tarde, salió a dar un paseo con su perro Coco. Y ya de noche, después de leer un capítulo del Quijote, se murió."
Por alguna razón, la historia de Juan me hace reír cada vez que la recuerdo.
Me gustaría explicar un poco la que creo que es la razón por la que muchos anunciantes han abandonado (espero que por poco tiempo) la plataforma de YouTube. Estas últimas semanas he visto en distintos vídeos (estadounidenses, británicos y españoles) cómo los grandes creadores de contenido de YouTube se quejan de que muchos de sus vídeos han sido considerados no aptos para la "monetización" (ganar dinero con ellos a través de los anuncios publicitarios insertados).
El caso de PewDiePie con su broma sobre "matar a todos los judíos" ha tenido mucho que ver con esto, pues la prensa (que es la competencia directa de YouTube) ha denunciado estos hechos y algunas grandes compañías han decidido dejar de anunciarse en esta plataforma. Lo curioso es que la mayoría de anuncios de películas de hoy en día contienen escenas violentas, palabrotas o bromas subidas de tono y siguen ahí, pero porque pagan para eso.
Espero que ustedes sepan entender que todos tenemos un sentido del humor distinto (muchas veces ligado a nuestra edad y vivencias) y comprendan el porqué de mis opiniones acerca del humor de hoy en día en YouTube, a menudo ligado a tabúes (como el sexo o las palabrotas) que no funcionan con un adulto, pues esas cosas ya no son tabúes para él, no están prohibidas (como sí ocurre en el mundo de los niños y adolescentes).
Todos tenemos derecho a una opinión distinta y a una manera de ser diferente. En absoluto estoy en contra de las bromas que generalmente hacen PewDiePie o El Rubius, ellos están en su derecho de hacer lo que hacen, aunque sus gracias no funcionen conmigo; de igual forma, sé que mi humor no funciona con muchas personas.
Por otro lado, la lista de los anunciantes que han abandonado YouTube es
bastante larga: McDonald's, Walmart, Pepsi, Coca-Cola, Starbucks
Coffee, AT&T, Verizon, Tesco, BBC, Heinz, Volvo, AVIVA, Volkswagen,
etc.
Puedes escuchar mis opiniones al respecto en el siguiente
vídeo. Gracias:
El
eurodiputado polacoKorwin-Mikkedijo en la Eurocámara, entre otras
sandeces:
"...¿Sabe usted cuántas mujeres hay entre los primeros cien jugadores
de ajedrez? Se lo diré: ninguna. Por supuesto que las mujeres deben ganar menos
que los hombres, porque son más débiles, más pequeñas, menos
inteligentes..."
Poner al ajedrez, un juego con reglas
abstractas, como representativo de la inteligencia de alguien es absurdo.El ajedrez no es un juego que suela
gustar a las mujeres, por eso, porque es abstracto. Hay muy pocas mujeres que
practiquen el ajedrez, pues. ¿Recuerda alguien una clase de alumnos de letras
en el Bachillerato? Había muchas más mujeres que hombres porque las asignaturas
de letras siempre han gustado más a la mayoría de mujeres. En la de ciencias
solía ser al revés, había más hombres. Este hecho nos habla de las distintas
formas en las que se manifiesta la inteligencia, hay muchas formas de sentir.
Las hermanas Brontëescribieron
mejor de lo que lo hará jamás Korwin-Mikke.
Maria Molinerescribió un
diccionario con miles de palabras sin ayuda de nadie.
Marie Curieaisló el
elemento radio. Se dice rápido, pero le llevó años el hacerlo.
El trabajo de la traductoraConsuelo
Bergeses el mejor ejemplo de
cómo ha de traducirse una novela del francés al español.
La lista de mujeres que han destacado en
distintas áreas es enorme. Y habría muchas más en ella si nuestra civilización
no hubiera estado dominada por el patriarcado.
Hay mujeres capaces de llevar a un niño en cada brazo y una cesta cargada en la
cabeza durante kilómetros, es una estampa del campo de tiempos lejanos y no
tanto. Un embarazo de nueve meses no habría muchos que lo sobrellevaran como
hacen ellas.
No tengo más tiempo que dedicar a este zascandil de Korwin-Mikke, que no sabe
más ni por viejo ni por diablo (lo normal sería que el diablo supiera más por
viejo que por diablo).
Cuando leo algún artículo que quita valores cinematográficos al largometraje
Allied, dirigido en 2016 por el siempre efectivo Robert
Zemeckis, un virtuoso del arte de contar historias fantásticas a través del
celuloide (Back to the Future, 1985; Forrest Gump, 1994;
Contact, 1997, y algunas otras), me pregunto: ¿Saben algo de cine los que
escriben aquello? ¿Han dejado de sentir o son maliciosos? En realidad, todos
sentimos de forma distinta, según nuestra naturaleza o vivencias. Tal vez, en
un día malo, puede que una buena película te resulte un bodrio, quién sabe cuál
es la razón de ellos. Dicho esto, me gustaría explicar por qué creo que Allied (Aliados) es un buen filme:
La historia de estos dos espías durante la Segunda Guerra Mundial, un
canadiense y una francesa, es muy interesante y guarda curiosos reveses. Los
escenarios están muy conseguidos. El vestuario que encontramos en cada
secuencia es realista (perfecto, creo). La interpretación de la actriz Marion
Cotillard es de Óscar, yo se lo daba sin dudarlo (véase la escena en que
Brad Pitt le pide que toque el piano con un fin específico, obsérvense sus ojos y sus manos). Pitt no es un mal intérprete y con los años ha aprendido cómo dar vida a ciertos personajes, de parecida manera a cómo hizo Robert Redford desde su juventud, por poner un ejemplo de "guapo de cine" al que la crítica pocas veces reconoce sus aptitudes interpretativas (hacer lo que Pitt hizo en Fight Club, 1999, no es nada fácil). Pero
hay una razón por encima de todas y constituye el desvelar un punto crucial en
la trama de este largometraje (aconsejo seguir
leyendo solamente si ya has visto la película): la secuencia en un aeródromo
en la que los protagonistas intentan escapar del país usando una avioneta; ésta
no arranca, Pitt lo intenta en varias ocasiones, un coche del ejército se
coloca debajo de las hélices y aquellas se deforman al chocar con la
carrocería. En ese momento sabes que está todo perdido, que no podrán escapar.
Lo venías presintiendo porque nada ocurre como en una de las películas más populares
dirigidas por Zemeckis, Back to the future, en la que Doc
salva todos los problemas para conseguir que Marty regrese al futuro, no,
aquí no estaba ocurriendo lo mismo. Luego sucede una tragedia. Pero el momento
que recordaré es el de esas hélices deformadas, justo antes de la muerte (que, por supuesto, también recordaré). No podrán volar.
Téngase en cuenta que éste es un guión del escritor Steven Knight (El caso
Fischer; Pawn Sacrifice en el original, 2014). Observemos que hay
alguna escena de sexo (o que se enseña que los protagonistas lo practican), pues
la pasión suele ser parte del amor en la vida real, ¿o no? Al contar una
historia de pasión hay que mostrar que los personajes lo hacen.
A otros les resulta una película floja, sin comparación con Casablanca (1942), pero a mí me ha gustado. En cuestión de gustos, hay sitio para todos.
Captura de imagen de un vídeo del canal de YouTube: PCPartPicker
En una sociedad justa, todo el mundo podría trabajar en aquello que supiera hacer bien. Pero la nuestrano es una sociedad justa. Con los pies en la tierra, todos sabemos que muchas veces tendremos que trabajar en algo que no nos gusta. En nuestro viaje por la vida, hemos descubierto que algunos desempeñan puestos de trabajo para los que no son aptos (alguien los ha puesto ahí). A pesar de este pesimismo con el que comienzo, insisto en la pregunta: ¿Qué estudiar para conseguir un trabajo?
En teoría, si todo el mundo tuviera una carrera o un título de formación profesional, pocos serían los que se conformarían con barrer las calles o fregar platos en un restaurante. Sin embargo, la realidad es que ya hay diplomados barriendo las calles, trabajando en los invernaderos o recogiendo platos en el bufet de un hotel, trabajos honrados, pero para los que no se requiere ningún estudio.
Los números nos dicen que los trabajos con menos desempleo conllevan los estudios más complicados, pocos son los que llegan a convertirse en ingenieros navales o médicos especialistas.
De entre todas las posibilidades actuales, trataré aquí solamente unas pocas salidas profesionales:
¿Te gusta la economía? La mujer de un prestigioso economista estadounidense decía que su marido era economista porque no valía para contable. En realidad, la mayoría de estudiantes de economía termina llevándole la contabilidad a alguien (la de una empresa, por ejemplo). El teórico se transforma en un tipo práctico.
¿Te gusta la psicología? ¿Te gustaría conocer el porqué de las distintas conductas de los humanos? Deberías saber diferenciar entre un psicólogo y un psiquiatra, el primero no puede recetar medicina. El segundo ha estudiado medicina antes de psiquiatría. La carrera de psiquiatría (el estudio de las enfermedades mentales) es más larga y complicada que la de psicología (el estudio de la mente humana o animal). Para las dos deberías ser una persona muy paciente con los demás.
¿Te gusta la literatura? Piensa que si te conviertes en profesor-a de lengua y literatura, a tu clase asistirán unos treinta jóvenes, de los cuales, más de la mitad pudiera odiar esa asignatura. Algunos de ellos te mostrarán una actitud gamberra en clase. Tú quieres enseñar y ellos te convierten en un simple guardián de la mazmorra. Tu sueño de enseñar puede transformarse en una pesadilla. Algo importante, y a tener muy en cuenta, es preguntarte a ti mismo cómo va a encajar tu personalidad (tu modo de ser) con esa profesión que
te gustaría desempeñar. Puedes tener muchas ganas de ser profesor,
pero, si eres una persona muy introvertida, te resultará complicado
sobrellevar la relación profesor-alumnos.
La superpoblación ha dejado a mucha gente con un futuro poco esperanzador. Sobran empleados y faltan empleos. Cientos de diplomados y profesionales se quedan a las puertas de un trabajo durante años.
Otros ejemplos realistas de la situación laboral actual son, por ejemplo:
El chico que le gusta la mecánica del automóvil, pero odia estar todo el día lleno de grasa, arreglando los coches de los demás para un taller que no es suyo. Él es un empleado descontento.
La chica que le gusta la cocina y se pasa todo el día en un hotel abriendo latas y calentando comida en los hornos eléctricos. En un hotel ella tiene poco espacio para la creatividad. Para esa empresa es más barato y rápido comprar lasañas congeladas.
El informático que acabó de cajero de supermercado porque ya nadie repara su ordenador y cualquiera puede montarse uno nuevo, pues el montaje de una computadora cada vez más es una cuestión de enchufar y listo.
El diplomado en ciencias empresariales que acaba aprendiendo más en un curso realizado por la empresa para la que trabaja que en los cuatro años de su carrera. El hombre salió de la universidad sin saber qué era un archivo de carpeta colgante (*ver imágenes inferiores).
¿Demasiado pesimista? La respuesta podría pasar porque estudiaras bien las distintas opciones que te gustan y leyeras las opiniones de los diferentes profesionales. Luego, tendrías que equivocarte tú solo, o sola. Es decir, la equivocación de elegir una profesión poco idónea tiene que ser tuya. Una cosa es cierta, mucha gente ha estudiado una segunda salida profesional al comprobar que con sus primeros estudios no consigue un trabajo.
Como curiosidad y para ese licenciado en geografía o matemáticas que no sabe lo que es un archivo de carpeta flotante, dejo las siguientes imágenes:
Cuando leo algún artículo que quita valores cinematográficos al largometraje Allied, dirigido en 2016 por el siempre efectivo Robert Zemeckis, un virtuoso del arte de contar historias fantásticas a través del celuloide (Back to the Future, 1985; Forrest Gump, 1994; Contact, 1997, y algunas otras), me pregunto: ¿Saben algo de cine los que escriben aquello? ¿Han dejado de sentir o son maliciosos? Seguir leyendo...
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Saving private Ryan (titulada en España: Salvar al soldado Ryan) es la película de guerra más realista que se haya realizado hasta la fecha, al menos eso es lo que afirman muchos de los que la han visto (tanto militares, como ciudadanos de a pie). En las primeras proyecciones que se hicieron de este largometraje ante un público de veteranos de la 2ª Guerra Mundial, todos acordaron en decir que aquello era extremadamente realista, los corazones de aquellos ancianos sufrieron durante las más de 2 horas y media que dura la cinta. Seguir leyendo...
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